Coliflor tikka masala

Preparación: 30-45 min

? Raciones: 5 personas

¡Hola a tod@s! Hoy os traemos una receta llena de sabor y aromas de origen indio, Coliflor tikka masala. Su nombre está compuesto por las palabras “tikka” que significa plato con trozos de carne (o alternativas vegetarianas) y “masala” que significa mezcla de especias. (Fig. 1).

Esperamos que esta receta os teletransporte a otro continente con sus sabores, aromas y colores.

Coliflor tikka masala

Figura 1. Coliflor tikka masala.

Ponte el delantal y ¡manos a la obra!

Primero la materia prima:

Ingredientes para la coliflor tikka masala

  • 1 coliflor grande
  • 1 cucharada de kéfir o yogur de soja sin aditivos
  • 3 dientes de ajo
  • 1 cucharada de jengibre rallado (fresco)
  • 2 cucharaditas de Garam Masala
  • Una pizca de sal

 

Ingredientes para la la salsa

  • 1 cebolla
  • 1 diente de ajo
  • 1 lata de leche de coco (400ml)
  • 400 g de tomate triturado
  • 2 cucharaditas de jengibre rallado (fresco)
  • 1 cucharada de Garam Masala*
  • 1 cucharadita cúrcuma

* En caso de que no tengas la especia Garam Masala, la puedes hacer casera mezclando: comino, cilantro, pimienta negra, cardamomo, canela, nuez moscada, clavo y chile seco. Si no tienes alguna especia no te preocupes, puedes hacer la mezcla con las que tengas.

Una vez reunidos todos los ingredientes, ¡vamos a ello!

 

Preparación

  1. Lavamos la coliflor y la cortamos. La partimos por la mitad y vamos sacando los arbolitos, al final tenemos que obtener trozos como de un bocado.
  2. Preparamos una olla con agua y calentamos, antes de que rompa el hervor añadimos la coliflor. Dejamos cociendo unos 10 min a fuego medio-bajo (que no hierva).
  3. Escurrimos y reservamos.
  4. En un bol añadimos el kéfir o yogur de soja, los 3 dientes de ajo picados, la cucharada de jengibre rallado, el Garam Masala y una pizca de sal. Mezclamos bien y añadimos la coliflor y volvemos a remover para que se impregne bien. Reservamos.
  5. Picamos la cebolla y el ajo, los trozos cuanto más pequeños mejor.
  6. Preparamos una sartén (u olla) con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, echamos la cebolla y el ajo y salteamos (a fuego medio-bajo para que no se queme).
  7. Añadimos el tomate triturado y dejamos que se cocine durante un par de minutos.
  8. Echamos la leche de coco junto con las especias y el jengibre. Mezclamos bien para que se integren la especias. Dejamos que se cocine durante un par de minutos otra vez.
  9. Añadimos la coliflor y ¡LISTO!

Te recomendamos que acompañes esta receta con un poco de arroz basmati al limón, ¡te quedará un plato riquísimo, lleno de sabores y súper nutritivo!

Además, es muy saludable y nutritiva como podéis ver aquí abajo (Fig. 2).

Figura 2. Valores nutricionales por ración (Fuente ICNS).1

Lo que habéis trabajado un cambio nutricional con nosotros, habréis detectado algo en la receta que nosotros solemos desaconsejar… ¡exacto!, la lata de leche de coco, no por la leche, sino por la lata. Por eso, en nuestro toque de Recetas Con-Ciencia hoy queremos hablar de por qué desaconsejamos su uso. Las latas suelen contener metales y, en particular, aluminio. Este puede encontrarse frecuentemente en algunos alimentos, envases e incluso cosméticos. Por eso, hoy nos gustaría responder a las siguientes preguntas, ¿el aluminio que ingerimos juega algún papel beneficioso en nuestra salud? Consumir productos enlatados ¿puede tener algún efecto nocivo en nuestra salud? Y si me han diagnosticado cáncer, ¿debería mantenerme más alerta a la hora de consumir enlatados? A todas estas preguntas voy a responder en el post de hoy.

 

¿El aluminio tiene algún papel beneficioso en nuestra salud?

El cuerpo humano necesita de ciertos metales como el hierro, el magnesio o el zinc para su buen funcionamiento. Sin embargo, sobre otros metales, como el aluminio, no hay evidencias científicas sobre requerimientos para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Es decir, no parece que el aluminio sea necesario en nuestra alimentación.2

El aluminio que ingerimos puede provenir de dos fuentes: natural o artificial. De forma “natural” se encuentra en el suelo de los cultivos, en la alimentación del ganado, en el agua y en las cuencas fluviales.3 El entrecomillado de “natural“ se explica porque gran parte de este aluminio procede de la contaminación de los suelos y cuencas fluviales, por ejemplo derivada de la minería.4 De forma artificial lo tomamos en forma de aditivo, colorante y, fundamentalmente, liberado por los envases alimentarios, por el papel de aluminio y por el menaje de cocina.2 También, de forma artificial, el aluminio puede entrar en nuestro organismo a través del uso de cosméticos como, por ejemplo, desodorantes con sales de aluminio.5

 

Pero, ese aluminio que ingerimos sin querer ¿puede tener algún efecto nocivo en nuestra salud?

Los envases son la mayor fuente de exposición al aluminio, ya que este se usa en productos alimentarios de uso muy común, como hemos comentado, alimentos enlatados, botellas y refrescos.6 Al estar los envases en contacto directo y constante con los alimentos, se produce una migración de este metal al alimento que consumimos. Otra fuente importante de este metal en nuestra alimentación es el uso de papel de aluminio en el almacenaje y, en especial, en el cocinado de los alimentos.7 Si a esto le sumamos que el aluminio se usa en aditivos, colorantes, conservantes, etc., que se añaden de forma masiva en los ultraprocesados, los estudios científicos concluyen que la gran mayoría de personas sobrepasamos los límites de ingesta diaria tolerable de aluminio, establecida en 1mg/kg.2 ¿Qué consecuencias podría tener esto? Se ha descrito que el aluminio podría ser potencialmente tóxico para las células produciendo estrés oxidativo en diferentes áreas como el sistema hematopoyético, nervioso y en el desarrollo de los huesos.3

Por tanto, para disminuir esta ingesta diaria, que supera los límites de seguridad alimentaria, sería importante reducir el consumo de productos enlatados, ultra procesados, no usar papel de aluminio en el almacenaje o cocinado de alimentos e intentar consumir los alimentos frescos o, en su defecto, en tarros de cristal, además de cocinar con utensilios que no sean de aluminio.6

 

Y si me han diagnosticado cáncer, ¿debería de mantenerme más alerta a la hora de consumir enlatados?

Ya seas una persona diagnosticada de cáncer o no, debes prestar mucha atención a lo que compras y comes. Por desgracia, en el caso del cáncer y el aluminio los estudios en humanos son bastante escasos y se centran en fuentes no alimentarias, como es el uso de cosméticos en la axila. Estos estudios se han enfocado en el cáncer de mama, ya que se ha hipotetizado que la alta concentración de sales de aluminio en algunos desodorantes, especialmente los antitranspirantes podrían aumentar la cantidad de aluminio en el tejido mamario y con ello fomentar la aparición de tumores. En dos de estos estudios no se encontró relación entre el uso de cosmética para la axila y la incidencia de cáncer de mama. En un tercer estudio se halló que en personas que habían sido diagnosticadas de cáncer de mama, cuanto más desodorante habían usado y, en particular, de tipo antitranspirante, se diagnosticó la enfermedad en edad más temprana.8,9,10 Además, en el último estudio se observó que el riesgo de desarrollar cáncer de mama aumentaba casi 4 veces en mujeres que reportaron un uso muy frecuente de cosméticos en la axila.5 No solo eso, sino que se comprobó que en el tejido mamario tumoral existía una mayor acumulación de aluminio que en el tejido sano mamario de la misma persona.

¿Qué quiere decir esto?

Esto no necesariamente quiere decir que consumir alimentos enlatados o desodorantes con aluminio sean los detonantes del cáncer, sin embargo, sí que existen numerosos estudios en células y con ratones en los que se ha comprobado que el aluminio puede promover el cáncer de mama y sus metástasis a través de, por ejemplo, la inducción de mutaciones en el DNA. 11,12,13,14

Por tanto, nuestra recomendación es usar el principio de precaución. Si podemos evitar el consumo de aluminio excluyendo de nuestra alimentación productos que estén en contacto con aluminio, y además eso nos hace aumentar el consumo de productos frescos, estarás mejorando tu alimentación a muchos niveles. Y si además podemos evitar el uso de desodorantes con sales de aluminio, pues mejor que mejor.

Una vez te hemos contado todo esto, seguro que alguien pensará “Y, ¿todavía me recomiendas que consuma leche de coco de lata?” No pasa nada por un consumo muy ocasional. Sin embargo, no hay que hacer de la excepción la regla (que es lo que suele ocurrir) y que la mayoría de los productos que consumamos provengan de enlatados. Si un día te apetece probar una receta como la Coliflor tikka massala que incluya una leche de coco en lata no pasa nada y seguro que la vas a disfrutar, además, con un montón de ingredientes tan saludables como son los de esta receta.

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María Carrasco Campoy

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