¿Alguna vez te has preguntado por qué te aceleras con una taza de café y tu compañero de trabajo puede tomar diez? ¡La respuesta está en nuestros genes!
Nuestros genes son los responsables de que seamos únicos, incluso en la nutrición. Nuestras preferencias alimenticias, tolerancias, metabolismo, etc., se ve influenciado por los genes y aquí es donde entra en juego la importancia de la nutrigenética y la nutrigenómica.
La relación entre la genética y la nutrición
Hace unos años, cuando íbamos a comprar, en los estantes veíamos productos con slogans como: ‘’Para toda la familia’’, ‘’Delicioso para todo el mundo’’o ‘’El pan de todos’’. Actualmente, la tendencia es totalmente distinta. Cada vez hay más productos con un público más concreto: apto para celíacos, sin lactosa, ricas en hierro, ‘’El pan que se adapta a ti’’, ‘’Cocinado especialmente para ti’’, vegano, etc. Y es que nuestra alimentación está avanzando hacía lo que llamamos nutrición personalizada o de precisión.
Pero, ¿qué es lo que hace que yo pueda comer un alimento y mi hermano o hermana sean intolerantes? ¿Por qué me acelero con una taza de café y mi compañero de trabajo puede tomar diez? ¿Qué dicta mi preferencia hacía al dulce en lugar de hacía lo salado? Nuestros genes. Ellos son los responsables de que seamos únicos, ¡incluso a la hora de comer! Eso sí, el ambiente que nos rodea y nuestra voluntad también tienen un papel muy importante.

¿Qué son los genes?
Nuestro ADN está compuesto por una secuencia de letras (como si fuera un libro), el 99,9% de la cual es igual en todos nosotros. Ese 0,01% de variación es lo que marca la diferencia. Entonces, ¿qué son los genes? Pues pequeños capítulos de este libro que es nuestro ADN, dónde se almacena nuestra información. Es como si tuviéramos nuestro propio código de barras. Esta secuencia es una combinación de lo que llamamos bases nitrogenadas, las famosas letritas A, T, C y G. Cuando en la secuencia de un gen varía una de estas letras, nuestro cuerpo puede funcionar de una forma totalmente distinta.

La nutrigenética y la nutrigenómica
Ahora que tenemos una idea básica de cómo funciona nuestro ADN y de lo especiales que nos hace a cada uno de nosotros, vamos a introducir dos conceptos muy importantes en la nutrición personalizada: la nutrigenética y la nutrigenómica, que, aunque se parezcan mucho, son casi opuestas.
La nutrigenética es cómo nuestro cuerpo responde a un alimento en función de nuestros genes [1]. Es decir, nuestros genes hacen que existan efectos diferentes a un mismo nutriente. Un ejemplo es la intolerancia a la lactosa: si el gen responsable de producir la molécula que degrada la lactosa, (la lactasa) no funciona correctamente o no se encuentra en nuestras células, nuestro cuerpo no tolerará bien aquellos alimentos que la contengan, como la leche.
La nutrigenómica es darle la vuelta a la tortilla. A veces no solemos ver los alimentos como compuestos bioactivos o funcionales, pero cada alimento no sólo nos sirve para eliminar la sensación de hambre, sino que lo ingerido también posee efectos sobre el organismo, incluso a nivel genético. Es decir, lo que comemos afecta de forma directa a nuestros genes. Por ejemplo, si nuestra alimentación se basa en dieta de cafetería (alta en grasa, bollería ultraprocesada, etc.), la expresión de los genes responsables del control del peso corporal o de nuestro metabolismo, se verán alterados, y es por ello que aparecen enfermedades como la diabetes [2].

La nutrición personalizada y la prevención de enfermedades
Tanto la nutrigenética como la nutrigenómica son campos de la investigación científica que actualmente están en auge, ¡y no es para menos! Con su estudio se puede personalizar, tanto el tratamiento, como la prevención de enfermedades mediante nutriterapia. De hecho, los test genéticos cada vez son más comunes, tanto en medicina, como en investigación. Por ejemplo, si se detecta en los genes de una persona que no puede tolerar bien el gluten (la enfermedad celíaca), este puede eliminarse de su dieta, y de esta forma reducir la inflamación o los posibles síntomas que pudieran generarse.
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Conocer nuestro cuerpo y su funcionamiento nos ayuda a mejorar nuestra salud, ¡y más si lo hacemos a estos niveles! No dudes en preguntarnos sobre cualquier duda que te haya podido surgir o curiosidades que se te pasen por la cabeza en relación a este post. ¡Estaremos encantados de resolverlas y de contarte más sobre este campo!
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María Llena
Referencias
[1] Gil Hernández, A. G. H., Fontana Gallego, L., & Sánchez de Medina Contreras, F. (2017). Bases Moleculares de la Nutrición: Vol. Tratado de Nutrición (Tomo II). PANAMERICANA.
[2] Felipe Mendes Delpino, Lílian Munhoz Figueiredo, Renata Moraes Bielemann, Bruna Gonçalves Cordeiro da Silva, Francine Silva dos Santos, Gicele Costa Mintem, Thaynã Ramos Flores, Ricardo Alexandre Arcêncio, Bruno Pereira Nunes, Ultra-processed food and risk of type 2 diabetes: a systematic review and meta-analysis of longitudinal studies, International Journal of Epidemiology, Volume 51, Issue 4, August 2022, Pages 1120–1141, https://doi.org/10.1093/ije/dyab247