El ejercicio es medicina

El ejercicio es medicina

Si te han diagnosticado de un cáncer PUEDES Y DEBES hacer ejercicio.

Soy médica, especialista en ginecología y obstetricia, subespecialista en ginecología oncológica por la ESGO (Sociedad Europea de Ginecología Oncológica), y sé que muchas veces el poder o deber no es tan fácil y  que, además, la palabra generalista de cáncer no explica mucho. Actualmente necesitamos saber nombre, apellidos y casi el color de ojos del cáncer para poder personalizar todos los tratamientos y cuidados destinados a nuestros pacientes. Pero incluso así, independientemente de todo:  PUEDES Y DEBES hacer ejercicio.

Incluso si el que está leyendo estas palabras es familiar, cuidador o incluso profesional de la salud: TÚ también PUEDES Y DEBES hacer ejercicio. Puedes sacar el tiempo, las ganas, el dinero, la motivación, o sin ella, para hacer ejercicio, ser ejemplo y prevenir muchos de los tipos de cáncer y causas de mortalidad, como la cardiovascular, y mejorar tu calidad de vida, estés en el momento vital en el que estés, de cara a conseguir una longevidad saludable o una juventud pletórica.

Imagen 1.  Personas haciendo deporte.

Y si es así, ¿cómo no lo va a tener que hacer las personas que ya están pasando por una situación en la que ponen el cuerpo al límite, la inflamación y la inmunidad están en alerta constante, además de incrementar el riesgo de otros procesos y enfermedades? ¿Cómo no vamos a hacer ejercicio cuando está demostrado que estimula la función inmune y crea un ambiente fisiológico saludable, con menores niveles de inflamación crónica a nivel sistémico, y se relaciona con una menor probabilidad de recidiva y una mejor supervivencia global?. [1] [2]

Aléjate de quien te diga que no te canses, que te lo tomes con calma, que dejes que te mimen… Por supuesto que es un momento de vulnerabilidad donde el apoyo, el cuidado y el descanso es importante; tanto como el ejercicio, la nutrición y la salud mental. Pero el primero que debes mimarte y respetarte eres tú como persona, con o sin cáncer, y por ello tienes que informarte, saber y decidir qué acciones del día a día van encaminadas a tu mejora y calidad de vida.

Imagen 2. Calidad de vida.

Cuando le preguntas a tu médico tras el diagnóstico y el agotador viaje que parece      infinito de cirugía/ quimioterapia y/o radioterapia, días eternos de hospitales, llevándote de un sitio a otro casi sin saber  qué te hacen, ponen o firmas… Aquella pregunta que continuamente te ronda en la cabeza mientras te llevan de sillas de ruedas a camillas, incluso cuando puedes caminar perfectamente… “PERO, ¿YO PUEDO HACER ALGO?, ¿ESTÁ ALGO EN MIS MANOS?”. En ese momento, la respuesta debe ser SÍ. No aceptes un NO como respuesta. Si te dicen que no, NO ES CIERTO.

La biología, el estadio del tumor, la agresividad del tumor, las limitaciones de la medicina no están en tus manos, pero la manera de cómo vives este momento de tu vida, esta situación depende de ti. Puedes sentirte mejor, moverte mejor, dormir mejor… Por supuesto que puedes hacer; y no se trata ni de luchar, ni de combatir, ni de ganar… Porque eso conlleva el riesgo de la culpa, la insatisfacción o la sensación de pérdida, pero SÍ se trata de ser partícipe activo del momento por el que estás pasando.

¿Qué mayor medicina personalizada y centrada en el paciente que aquella que es el propio paciente el sujeto activo de su enfermedad y partícipe de su bienestar?  Como Ibions nos demuestra cada día, puedes responsabilizarte de tu nutrición, pero también de tu condición física y mental. No son complementos, son sinergias que suman y multiplican sus efectos.

Tú que conoces Ibions, que quieres hacer todo lo que esté en tus manos, quieres sentirte partícipe de tu proceso, ser un paciente activo, un paciente informado y con todo ello, empoderado, la nutrición oncológica es una arista del triángulo a perseguir, pero ninguna figura geométrica que se sustente sola requiere de 1 solo punto y te falta el ejercicio y la salud mental.

Imagen 3. 3 pilares calidad de vida.

No solo si te han diagnosticado recientemente de cáncer, sino que los estudios de investigación respaldan los beneficios de la actividad física para los supervivientes del cáncer. Ser activo, de manera que realices ejercicio físico te ayuda a reducir la fatiga, el efecto secundario más común del tratamiento del cáncer, mejora los síntomas de la depresión y ansiedad y te ayuda a dormir mejor. Ayuda a mantener o mejorar tu función física: tu capacidad para hacer y disfrutar de cosas de la vida. Mejora tu sistema inmunológico, apetito, fuerza muscular, rango de movimiento y simplemente te ayuda a que tu cuerpo y cerebro funcionen mejor. No aumenta el riesgo de linfedema asociado con el cáncer de mama y puede ayudar con estos síntomas y disminuye el riesgo de recurrencia del cáncer.

Lo que está claro es que vas a ganar en calidad de vida. ¿Alguien ve por qué no realizarlo? Siendo el ejercicio físico una herramienta fundamental para combatir el síndrome de fatiga crónica, la mejora psicosocial, emocional, el metabolismo y otros, como prevenir problemas osteoarticulares …. Insisto: ¿alguien ve por qué no realizarlo?

La búsqueda de la supervivencia y de los resultados oncológicos aislados queda en manos de los médicos, investigadores y los hitos más grandes en relación a este respecto quedaron probablemente relegados al siglo pasado. Y, aunque seguro vendrán muchas alegrías más, ahora es el tiempo de buscar la calidad de vida, de darle vida a los años y defender la importancia del día a día de las personas con cáncer.

Queda mucho camino por estudiar e investigar, pero frente a la evidencia actual respetando el básico PRIMUM NON NOCERE (primero no hagas daño) de Hipócrates, todos los profesionales relacionados con la patología oncológica tenemos la necesidad de formarnos y conocer los beneficios del ejercicio y abandonar el “camina”, para ser valientes y PRESCRIBIR EL EJERCICIO con la seriedad que como tratamiento merece.

Para ello, si vemos al paciente de manera integral y completa, como una persona con un pasado, presente y futuro que debe ser funcional y placentero, insisto de nuevo: ¿alguien ve por qué no prescribirlo? Tenemos la obligación de cubrir una necesidad no resuelta y, cada vez más, tenemos el movimiento social a nuestro favor, los recursos y los profesionales especializados y formados para llevarlo a cabo. ¿Qué más pedimos? ¿Tiempo? ¿Formación? Está en nuestras manos buscar herramientas para ello.

Imagen 4. Paciente oncológico.

El diagnóstico de cáncer puede ser una VENTANA DE OPORTUNIDAD donde concienciar, cambiar y crear nuevos hábitos que remodelen tu estilo de vida. Es duro, difícil y suena imposible aquello de “darle la vuelta a la tortilla”, pero es la manera. De hecho, es una gran manera para despertarte cada día pudiendo aportarte un valor, una ilusión, un por qué y para qué de ese día cuando todo es negro y la tortilla se ha pegado a la sartén.

El ejercicio es tratamiento y, si realmente creemos en la calidad de vida y nos tomamos tan en serio estos resultados como los oncológicos, supervivencia libre de enfermedad y/o recidivas, el ejercicio debería formar parte del tratamiento, de la misma forma que pautamos la quimioterapia y el apoyo psico-oncológico, cada vez más introducido en la práctica diaria real.

Que no tengamos medios o recursos suficientes en los hospitales convencionales y mayoritarios para poder ofrecerlo, no significa que se silencie o no se conozcan los beneficios del mismo en la prevención, tratamiento y pronóstico del cáncer. El posicionamiento desde múltiples sociedades como la SEOM, donde el director del grupo de trabajo de ejercicio y cáncer de la sociedad, el Dr. Miguel Ángel Seguí, relata: “En los últimos 20 años, cada vez más se ha reconocido el valor de la actividad física en la prevención, tratamiento y pronóstico del cáncer, con un aumento sustancial en la evidencia científica que demuestra los efectos positivos de la actividad física en pacientes con cáncer” y las campañas como #muévetecontuoncólogo. [3][4]

PUEDES Y DEBES hacer el ejercicio por TI, desde la amabilidad y la compasión hacia ti. Desde el más puro deseo de verte a ti mismo libre de sufrimiento y de adoptar una actitud comprensiva con la capacidad de amarte a ti mismo. 

Dra. Blanca Segarra Vidal,

Ginecóloga subespecialista en Ginecología Oncológica.

@drablancasegarravidal

@Bsegarravidal ( twitter)

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