Seguro que has escuchado o leído en los más dispares foros de internet aquello de “ayunos de corta duración”. Pero ¿qué es realmente eso de un ayuno de corta duración? ¿Tiene alguna base científica? ¿Está realmente probado en enfermedades como el cáncer? Responderé a todas estas preguntas en este post.
¿Qué es el ayuno?
El ayuno de corta duración se basa en reducir la ingesta a líquidos no calóricos como el agua, café, infusiones o incluso caldo de vegetales y huesos en un período que va desde las 16 hasta las 72h.1 El ayuno es tan antiguo como la propia humanidad y su capacidad, o incapacidad, para acceder a alimentos de forma constante. La revolución industrial, proporcionó acceso continuo a alimentos para un porcentaje de la población mundial. En esta parte del planeta, el llamado primer mundo, la obesidad alcanza proporciones epidémicas y está asociada a muchos tipos de cáncer, en concreto hasta 13. No solo el acceso ilimitado a alimentos, sino la menor calidad de estos, con un aumento exponencial en el consumo de alimentos procesados en los últimos 50 años, están provocando, de forma irónica, una epidemia de malnutrición.2,3
¿Qué dice la ciencia sobre el ayuno?
Debido a razones históricas y desconocimiento científico, hasta hace pocos años el ayuno había permanecido en el cajón de las tradiciones religiosas y de aquellas personas que no pueden llevarse un plato para comer a la boca. Sin embargo, la ciencia y la medicina han redescubierto una tradición tan antigua como nuestra propia esencia. y es que no nos es extraña aquella frase de nuestras madres “si tienes hambre, no estarás tan malo”. Nuestro propio cuerpo nos pide no comer cuando nos encontramos enfermos. Sin embargo, no es rara aquella persona cercana que te aconseja comer aunque no tengas hambre cuando estés enfermo; la ciencia está demostrando que esto es un error. Los ayunos de corta duración (16-72h) mejoran muchos factores metabólicos, pueden prevenir enfermedades e incluso mantenernos más atentos en nuestras tareas diarias.1,4 Estos efectos se deben a que en estos periodos, se activan rutas como la autofagia,5 uno de los sistemas de reciclaje y reparación del cuerpo humano, de la que hablaremos en mayor profundidad en próximas entradas de actualidad. Cuando el reciclaje y la recogida de basura no funcionan… ya sabemos lo que pasa en nuestras calles. En nuestro cuerpo pasa exactamente lo mismo: se llena de basura.5

¿Está realmente probado en enfermedades como el cáncer?
El ayuno está de moda, también en el campo del cáncer, debido a la potencial mejora en la eficacia de la quimioterapia y disminución de sus efectos secundarios.6 ¿Qué tiene de real esto?
El principal efecto de un ayuno es la disminución de los niveles circulantes de glucosa, así como un descenso en los niveles de hormonas procancerígenas. 6–8 Las células normales en ayuno pasan de un estado proliferativo a otro de mantenimiento y reparación. En cambio, las células tumorales carecen de esta capacidad para entrar en este “taller de mantenimiento”. De esta forma, al suprimir la fuente de nutrientes y factores de crecimiento, se vuelven más sensibles a los tratamientos antitumorales.9,10
De hecho, se ha visto que ayunos de corta duración (48h) potencian los efectos de la quimioterapia e inmunoterapia.7,11–14 Los resultados más prometedores se han observado en pacientes con cáncer de mama u ovario, donde el ayuno de corta duración disminuye la toxicidad asociada a la quimioterapia.15,16 En otro estudio, en pacientes con cáncer de mama HER2 negativo durante la quimioterapia el ayuno de corta duración mejoró la eficacia del tratamiento. No sólo eso, sino que en el grupo de ayuno no fue necesario usar corticoides para paliar efectos secundarios de la quimioterapia.17
En resumen, debemos tener una visión integral de una persona con una patología grave en la que se debe valorar el riesgo-beneficio de las diferentes opciones terapéuticas disponibles. El ayuno de corta duración es seguro en modelos animales, sujetos sanos y en pacientes con cáncer, siendo los resultados en el contexto del cáncer muy esperanzadores.6 Además, los efectos secundarios del ayuno de corta duración en humanos son bastante leves y pasajeros. Estos incluyen dolor de cabeza, mareos, náuseas, debilidad y pérdida de peso temporal.6
Por tanto, siempre que sea prescrito y controlado de forma personalizada por un profesional de la salud, los beneficios de los ayunos de corta duración pueden ser muy superiores a los posibles riesgos.
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Julio Madrigal Matute